género

“Debemos acogernos las unas a las otras, entendernos, escucharnos y buscar la forma de sentirnos acompañadas”

25 Nov 2022

Comparte

Jimena Guzmán Montero, monitora en género y violencia y ex usuaria del Centro de la Mujer.

Jimena Guzmán Montero, oriunda de Concepción, llegó a Puerto Natales hace 14 años, luego de haber sufrido violencia intrafamiliar. Se formó como monitora en género y violencia, fue presidenta de la Agrupación Mujeres Sueños del Sur, la cual nace al alero del Centro de la Mujer “Mirabal”, primer centro de Natales levantado en el gobierno de la ex presidente Michelle Bachelet Jeria.

Ha realizado talleres, charlas, puerta a puerta, cursos y capacitaciones, relacionadas a la erradicación y prevención de la violencia contra la mujer, además de efectuar acompañamiento a mujeres víctimas de maltrato.

– ¿Cómo fue su experiencia en el Centro de la Mujer de Natales?

Participé en el Centro de la Mujer, cuando se llamaba Mirabal, ellas me apoyaron y formé un grupo de autoayuda para mujeres violentadas, el cual tuvimos bastantes actividades y eventos. Soy oriunda de Concepción donde tuve mi experiencia en violencia, cuando mi hija era pequeña. Entonces cuando llegué a Natales, venía saliendo de una situación bien engorrosa y dolorosa. Ingresé al Centro de la Mujer como usuaria, no porque necesitara ayuda, sino que para apoyar a quienes trabajaban, así que ahí empezamos a trabajar juntas.

– ¿Por qué decide involucrarse en ayudar a las mujeres de Natales que sufren violencia?

Porque siempre necesitamos ayuda. Muchas veces conversamos sobre nuestras cosas, y es tedioso para los demás escucharlas. Es muy importante escuchar cuando una mujer habla o cuando una amiga se acerca a conversar sobre cómo se siente. Porque cuando tu eres violentada, pierdes tu autonomía, no eres tú, estás gobernada por el miedo, por los insultos. la violencia es tan especial, que no solo son golpes, y la violencia donde no hay golpes es más peligrosa, porque el dolor del golpe se pasa, pero las palabras se graban como en una piedra. Yo vivía violencia y estaba viendo con mi enemigo, pero siempre pensamos que va a cambiar o solo es un mal día, y te van pasando los años pensando eso y vas valiendo menos, porque te disminuye.

En mi caso personal, yo tuve mucha paciencia. Tienes que lograr entender que puedes salir de eso, pero que no puedes salir sola. Para una mujer cuesta mucho tomar una decisión, porque piensas ¿qué voy a hacer? ¿cómo voy a sobrevivir? ¿Cómo voy a alimentar a mis hijos? ¿Qué voy a hacer si no tengo casa? una tiene que entender eso.

Cuando las mujeres aprendamos a no juzgar a otra mujer, yo creo que vamos a ser mejores personas. Cuando logras buscar redes de apoyo, te vas empoderando sin darte cuenta, pero lleva tiempo. Tienes que empoderarte, primero, perdiendo el miedo y creyéndote el cuento de que eres capaz, pero no lo harás de un día para otro.

En esos años se hacían las denuncias, pero volvía el agresor a la casa, porque es un círculo vicioso. Te cansas, pero tienes miedo de dar el paso, y el miedo a las mujeres les paraliza.

– ¿Cómo ayudaba a las mujeres a empoderarse y salir de una situación de violencia?

En el Centro de la Mujer, en ese tiempo, había muchas mujeres que hacían muchas cosas. Entrabas al Centro de la Mujer y te sentías acogida, que es lo principal. Como yo venía con la experiencia de un caso de violencia, me comentaron que podíamos hacer una agrupación, pero siempre con la ayuda de esas mujeres. Luego nos agrupamos y nos fuimos capacitando y realizamos charlas, puerta a puerta, siempre teníamos tiempo.

– ¿Cómo considera que estas instituciones funcionan en la actualidad?  

La crítica no es el Centro de la Mujer actual. Mi crítica es que, es muy difícil para una mujer agredida, llegar a un lugar y encontrarse con una persona que no ha sido agredida. Entonces mi postura siempre fue que ojalá, en los Centro de la Mujer hubiera, por lo menos, una mujer que haya vivido de lo que se trata la violencia, porque eso transmite. Es una violencia que tú sabes lo doloroso que es. Los tiempos han ido cambiando, yo he tenido que cambiar mi mentalidad en muchas cosas, pero respeto a todas las mujeres y todos los movimientos. Así también quiero que me respeten. Cada mujer es un mundo, entonces debemos acogernos las unas a las otras, entendernos, escucharnos y buscar la forma de sentirnos acompañadas.

Yo siempre les digo a las mujeres, esto no es un proceso corto, es un proceso de mujeres valientes, en el cual, tienen que entender que no están solas, que además de ellas hay muchas mujeres que han hecho las denuncias.

Carabineros tiene el deber de recibirte una denuncia, porque ellos son los que nos tienen que dar la seguridad, pero si yo me traslado a los tiempos de ahora, es muy difícil, porque las autoridades no están siendo respetadas.

– ¿Qué le gustaría decirles a las mujeres que en estos momentos están viviendo violencia?

Es muy triste, escuchar todos los días que matan a una mujer. La forma en que lo están haciendo ahora, es aberrante, hay que evitarlo y seguir luchando. Las autoridades deben hacer un esfuerzo mayor. Yo les pido hacer la denuncia que es lo más importante y pelear por sus causas. Hay un 40% de mujeres, que no quieren salir de situaciones de violencia, porque no se atreven, porque ven que el sistema no está funcionado, pero deben insistir, porque no hay forma de salir si no es con ayuda de las personas encargadas. Como mujeres debemos unirnos y ser sororas, unas con otras. Tratemos de no juzgar, de ser unidas en el tema de violencia.

La violencia está, y pasa en parejas de mujer-hombre, mujer-mujer, hombre-hombre. Porque la violencia llama a la violencia. Nadie debe ponerse al nivel de la violencia.  

Mis puertas y mi teléfono están disponibles, para que reciban orientación. La violencia es una sola, y no tiene religión, ni color político, tenemos que abordarla desde ese punto.